La frescura, la versatilidad de consumo, la amplia disponibilidad a lo largo del año y sus contrastados efectos beneficiosos, hacen de los cítricos un alimento muy presente en nuestra alimentación.

Nuestra alimentación mediterránea, saludable y variada tiene como base, la gran gama y calidad de las hortícolas producidas a lo largo del año en diferentes suelos y localizaciones.

Debido al aumento del consumo de frutos de cáscara, es esperado que la superficie de estos cultivos siga creciendo. Es expectable que el consumo europeo de frutos de cáscara aumente en 319 gr per cápita semanal hasta el año 2030.

Debido a que se definen como una gran fuente de hidratos de carbono, los cereales se constituyen como una de las bases fundamentales de la dieta mediterránea.

Certificaciones