Como todos los años, julio en Andalucía es tiempo para inicio de cosecha y procesamiento de tomate de industria. Las características de clima del sur de España son óptimas para el desarrollo de este cultivo proporcionando que los primeros tomates de Europa se cosechen aquí y permitiendo a las industrias transformadoras, aquí instaladas, estar en la primera línea de mercado con producto fresco.
Este año ha estado marcado por unos meses de abril y mayo muy lluviosos que afectarán el desarrollo de las plantaciones del mes de marzo, provocando la pérdida de algunas plantaciones y la merma productiva y de calidad de fruto, en algunas otras. Las plantaciones del mes de abril se están desarrollando en condiciones normales y se espera una productividad y una calidad de fruto, al nivel de los mejores años.
El cultivo del tomate de industria está muy tecnificado y profesionalizado en todas las fases del proceso: preparación de suelo, plantación, riego y fertilización, control de plagas y enfermedades, cosecha y transporte. El productor dispone de un conjunto de equipos, de servicios y asesoramiento, que le permite utilizar y disponer de las más avanzadas tecnologías conocidas para este cultivo.
De acuerdo con los últimos datos de consumo y previsiones de producción a nivel mundial, se perspectiva el inicio de un nuevo ciclo que ahonde el nivel de stocks de enlace de campañas de producción. Por ello, será bastante inferior a lo verificado en los últimos 10 años.
El alto nivel de stock de enlace entre campañas de producción, entre 2010 y 2020, fue el principal motivo para una presión a la baja en el precio del concentrado y consecuentemente en el precio del tomate fresco que las industrias de transformación liquidan a los productores.
Lo que ha sostenido el sector, en la última década, ha sido el espectacular aumento de la productividad agrícola y las mejoras tecnológicas e incrementos de capacidad de transformación implantadas en varias industrias.
Este nuevo ciclo deberá traer una más justa valoración del concentrado y consecuentemente, del tomate producido por los productores que tienen altas expectativas en una mejora significativa del retorno de la alta inversión necesaria para llevar a cabo la producción de tomate.
Esperamos y deseamos que este nuevo ciclo proporcione las condiciones para que el cultivo del tomate de industria se afiance como uno de los pilares económicos de las regiones de Andalucía y Extremadura.
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